
LOS BIGOTES DE LOS GATOS
Los gatos y otros felinos tienen entre ocho y doce bigotes móviles a los lados de su nariz, llamados vibrisas.
Las vibrisas son pelos muy rígidos que tienen una función importante en el sentido del tacto del gato, sirviendo estos como receptores.
Las vibrisas sirven para avisar al animal de que algo se aproxima a su cara y de esta forma pueden evitar chocar contra paredes u obstáculos, así como evitar acercarse a objetos que podrían dañar sus ojos o su cara.
Ayudan al gato a saber si cabe o no en un agujero porque la longitud de las vibrisas son aproximadamente del ancho de su cuerpo, y el gato mide el hueco con sus bigotes antes de entrar en un espacio estrecho. Es normal ver a un gato explorar con su cabeza un espacio antes de entrar en él, metiendo y sacando su cabeza antes de pasar el reto del cuerpo.
Los bigotes se insertan en la capa más profunda de su piel. La raíz de cada bigote está rodeada por una cápsula fibrosa llena de sangre y va unida por una red de nervios sensoriales
Los felinos han aprendido a girar sus bigotes hacia delante y a captar estímulos táctiles que, cuando llegan al cerebro, les proporcionan una imagen en tres dimensiones muy detallada de lo que tienen en frente.
Además, las vibrisas dicen mucho del estado de ánimo del gato: unos bigotes felinos relajados indican que el animal está tranquilo. Por el contrario, las vibrisas se desplazarán hacia delante cuando está en alerta. Y si los bigotes del gato se aplastan contra su cara, ésta será una señal de que el animal está enfadado o asustado.